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ES ESTE UN ESPACIO DONDE ME PERMITO SUBIR MIS REFLEXIONES, POEMAS, INCLUSO CANCIONES. UNA PEQUEÑA MUESTRA DE AQUELLO QUE ME GUSTA HACER.

miércoles, 10 de marzo de 2010

SILENCIO QUE DUELE MÁS

¡Qué diera yo porque pudiera regresar el tiempo y destejer todo lo que quedó deshilvanado y al cabo del tiempo se ha empezado a enmarañar!



¡Qué tanto ofrecería para lograr todo aquello que deseo que suceda!


¡Cuánto más trabajaría para disipar mis dudas y las tuyas!

 El silencio duele más que tus palabras. Tu silencio lacera mis oídos y eclipsa mi razón, lastima y me deja en sumo entristecida.


   Has callado, todo se ha convertido en completo silencio, un silencio que grita y más que brindar paz, revuelve en las propias tumbas a tantos cadáveres que salen pululando a las calles buscando una respuesta a tanta duda y quizá jamás descansen porque es poco probable que logren hallar una respuesta. No retozan, se arrastran causando lástima, sus vestiduras desgarradas, sus miradas perdidas, su piel marchita y sus sueños convertidos en terribles pesadillas por las cuales gimen al ver brillar la luna en el alto firmamento. Una luna que no ilumina, que confunde más que aclarar.


   La mente podrida, la pestaña coagulada en la ceja ensangrentada del llanto amargo y la herida de tanto golpearse contra la pared del sinsentido. La lengua pegada al paladar de tanto proferir palabras inútiles, de pronunciar promesas, de susurrar al oído con la destreza de un experto los más altos anhelos y caer precipitada al suelo del desengaño, al abismo de la perdición y a la zanja de la dolorosa desconfianza e incertidumbre.


   Ardo en la hoguera, en una pira que me quema en leña verde que humea y hace derramar lágrimas de desconsuelo, por la pérdida de ti, de mi, de todo, del mundo que quise construir y edifiqué pero que no supe cómo mantener en pie y se ha precipitado, lastimando y haciendo un estrepitoso ruido en su caída. No me resigno a perderlo y busco alguien que me ayude en la dura tarea de la reconstrucción, algunos me dicen que es una labor titánica, que es más sencillo hacer un nuevo edificio, pero les respondo que quiero este que se ha caído y construirlo nuevamente con estos materiales originales, ¿la necedad en pleno, o la gran necesidad de retenerte?


   Estás, aunque no estés porque te tengo, te pienso, te respiro, me aferro, te lloro, te degusto.

   Estás simplemente porque así lo quiero.



DERECHOS RESERVADOS
IRENE MARTINEZ CAVA

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